EN LA CÁRCEL

en-la-carcelDe nuevo tengo la oportunidad de escribir en el Semanario Más. Esta vez, debido a mi nueva faceta laboral he pensado en escribir algo de ese mundo aparte y enigmático que es un Centro Penitenciario. Y es que creo que es necesario dar más información, romper prejuicios, abrir la mente o quizás adaptarla. Simplemente es mi opinión desde mi humilde experiencia. En resumen, agradecida por la oportunidad de crecimiento que me da mi trabajo y también al Más por dejarme «escribir en voz alta» 😉

La cárcel, ese desconocido lugar que separa el mundo tranquilo del peligroso. El lugar donde el castigo y la inserción social se confunden, se entrelazan; Donde una delgada línea separa lo correcto de lo incorrecto, y esa línea se contornea según se mire desde una perspectiva u otra. Donde la empatía rompe barreras, cambia esquemas y estereotipos alcanzando un umbral que quizás nunca esperábamos. Ese lugar que te hace pensar en culpables, y también en responsables, pudiendo ser una persona, su circunstancia o quizás la sociedad, un sistema…

Ese lugar donde el silencio golpea,  la palabra adquiere más valor y se sopesa y su significado cambia y ataca y libera. Edificios con mil puertas que resuenan, que marcan los espacios, que se cierran y se abren de forma intermitente como en un ritual que hace que te impregnes de esa energía singular de incertidumbre, de miedo, de seguridad y ¿por qué no? de esperanza.

Donde el whatsapp no existe y se transforma en manos que se mueven a través de una ventana en un lenguaje inventado y conocido por unos pocos. Las cartas vuelven a usarse e imprimen en ellas  vivencias compartidas, cariño, simpatías y dan paso a conocer más a alguien, a pensar en personas que quizás sean especiales aunque en el mundo real (¿Quién sabe ya cuál es la realidad?) ni te hubieras fijado, pero es que esta experiencia nos cambia. Las horas pueden ser décadas o  minutos, un curso puede ser un barco que consigue romper la monotonía, una foto es el bien más preciado y la intimidad era ese privilegio quizás olvidado.

La cárcel, el lugar donde los valores se transforman, ahondando o desapareciendo. Donde cuesta mirar al pasado, el presente se modifica y el futuro desestabiliza… o quizás era al revés. Donde una mirada hace que todo cambie de forma vertiginosa, donde la tensión se puede cortar y el momento de felicidad se vive con más intensidad, como un presente. Donde la oportunidad puede hacer que saltes por los aires o que vueles. La cárcel…

Y dentro de ese mundo de compleja realidad estoy acompañando a unas mujeres para que construyan su autoestima y la profesionalidad para que se lancen por ese nuevo trampolín de posibilidades, la ilusión para abandonar la prisión real y la que han llegado a sentir internamente, la red de confianza que las sostenga cuando teman caer o sientan la fuerza para saltar al vacío, los ojos para que vean la grandeza que veo en ellas, el espejo para que se observen como lo que realmente son y olvidaron o nunca se permitieron mostrar.

Adaptándome, aprendiendo, superando límites y agradeciendo lo que me enseñan y la humanidad que se comparte.

Laura

 

 

 

Acerca de "Ocupada" creando cambio social

¡¡¡Hola!!! Soy Laura, madre de un niño encantador, estoy casada con mi compañero de vida, tengo una gran familia y además soy Terapeuta ocupacional aunque actualmente trabajo dando cursos a personas en situación de desempleo. Esto blog nace para compartir con vosotr@s pensamientos, pinceladas de realidad, fotografías, canciones....yo lo que dé de si la imaginación y la creatividad con un sólo propósito: Inspirar para crear un cambio social, ¿me acompañas?
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